Cuando cursaba Décimo grado de Bachillerato, tuve
una interesante conversación con uno de mis profesores, con quien analizábamos,
él desde su postura de profesor y yo desde mi postura como estudiante, quienes considerábamos
que eran los buenos y los malos profesores. Ambos hicimos nuestras respectivas
listas y fue interesante el alto grado de coincidencia que tuvimos, analizando
casi treinta docentes, solo en cuatro tuvimos diferencias, dos que él
consideraba buenos, y yo no, y otros dos que yo consideraba buenos, y él no. El
parámetro qué él me pidió para yo armar la lista, era muy sencillo, simplemente
dar un valor a la aceptación o no, de las clases que esos docentes impartían.
El primer elemento que pudimos resaltar y que obviamente fue de tranquilidad
para ambos en el ejercicio, fue que la lista de los que considerábamos buenos
docentes era mayor a los que considerábamos malos docentes. Una vez terminamos
el ejercicio, y logramos establecer una única lista, mi profesor me pregunto si
yo sabía cuál era el común denominador entre ambos. Estuve pensando por un
largo tiempo sin poder dar la respuesta, a lo cual mi profesor me dijo: “Es
simple, aquellos que hemos puestos en la lista de “malos profesores” es porque
su cabeza, no está en enseñar o en preparar una clase adecuadamente, con todos
los elementos pedagógicos que ello implica. Su cabeza está más preocupada en
qué van a cenar en la noche, como pagar las miles de deudas que tiene, evitar
embargos, etc, etc, etc.” Mi asombro no pudo ser mayor. Al volver a analizar
los nombres que yo había puesto, imaginar sus rostros, sus posturas,
comportamientos y demás, era evidente que el 100% de mi lista negativa
presentaba problema externos a la institución y ello lo reflejaban en el aula
de clases. Llegué a saber de algunos que eran docentes hasta en 3 instituciones
en un solo día.
Luego analicé la lista positiva, y de nuevo al
imaginar sus rostros, posturas, y comportamientos, era evidente que el trato
hacia ellos para con uno era diferente, era más cordial, más sereno, incluso,
más amistoso, y cumplía el parámetro principal de mi lista, que su clase fuera
aceptada, agradable e incentivara a querer aprender. Sin embargo el punto clave
de este ejercicio lo tuve 4 años después, cuando un día se me vino el recuerdo
de aquella actividad y decidí hacer lo mismo con mis docentes universitarios y
tuve una gran sorpresa al tener los mismos resultados de mi época de colegio.
En ese entonces me puse como premisa, que si algún día llegara a ser docente,
siempre quería estar en mi lista positiva, es decir, que mi cabeza se pudiera
centrar únicamente en los aspectos pedagógicos y no en otras cosas. Hoy después
de 6 años de actividad docente puedo decir que lo he logrado, pero contrario a
lo que puedan empezar a pensar algunos colegas y demás personas, no, no soy una
persona rica, no tengo mi vida solucionada, soy un colombiano común y silvestre
luchando por un mejor futuro para mi familia, sin embargo en mayor o menor
medida, he tratado de dar cierto orden a mis cosas, de tal forma que me permita
tener mi cabeza totalmente fresca para la actividad docente.
Nuestro país está pasando por un momento difícil en
el sector educativo, no solo por el paro académico que estamos teniendo hoy día
en el sector público, sino por el abandono que el Gobierno central le ha dado a
la educación en los últimos 20 años, permitiendo que el sector se llenara de
oportunismo, corrupción, politiquería y personal no preparado para ejercer la
labor docente. Indudablemente no se puede negar que dentro del sector también
hay personas muy valiosas y que hacen grandes aportes para que el sistema
educativo intente mejorar, pero pareciéramos que lamentablemente estuviéramos
perdiendo la batalla.
Muchos me han criticado, o incluso critican a la
actual ministra Gina Parody con cosas absurdas como que, "porque estudiamos en instituciones
privadas, no conocemos la realidad del sector público", cuando una cosa,
realmente no tiene que ver con la otra, la realidad de la educación es una
sola, Colombia no puede seguir sumida en esa división que lo único que hace es
acrecentar la brecha de inequidad social y que al final termina en
resentimientos por ambas partes. Si es cierto, tuve la oportunidad de recibir
mi educación escolar y universitaria en el sector privado, pero siempre por mis
actividades sociales, he sido muy cercano a lo que ocurre en sectores
desfavorecidos de diferentes sectores de Colombia y concretamente, del sectoreducativo, el cual siempre ha sido mi principal interés.
La discusión no puede centrarse en si un docente se
gana $1.400.000, $2.200.000, $3.000.000 o $10.000.000, porque como bien me dijo
un amigo alguna vez, si yo me gano $10.000.000 y mis gastos son de $11.000.000
estoy realmente mal.
El Gobierno es cierto que tiene que hacer grandes
mejoras e inversiones en el sector educativo, indudablemente los colegios
tienen que estar mejores dotados, hay que garantizar un mayor acceso a
niños y niñas que aún no tienen la posibilidad de ingresar a ningún aula. Sin
embargo, ayer me di a la tarea de leer las 48 páginas que contiene el pliego depeticiones que FECODE le hace hoy al gobierno central, y al cual como docente,
incluso, como docente del sector público que soy me quiero referir. Antes de
eso es importante dejar claro, que ningún comentario que yo haga en esta
entrada compromete a la institución para la que trabajo ni me expreso en nombre
de ella, ni de ninguna, me expreso únicamente como Jorge Arango Castaño,
Docente preocupado por el futuro de la educación de este país.
1) ASIGNACIÓN SALARIAL: Este es un tema álgido, no solo en el sector educativo, sino en todos
los sectores del país. Sin duda alguna las personas que nos dedicamos a la
parte docente, somos los que menos ganamos, y a los que creen que es algo exclusivo
del sector público, pues están muy equivocados, en el sector privado pasa
exactamente igual. Ahora, como lo mencioné anteriormente, lo importante no es
cuanto nos ganamos, sino como vivimos. Me explico: si somos de los colombianos
que nos ganamos $1.400.000 por nuestra actividad docente, pero tenemos 3, 4 o 5 o más hijos y con diferentes personas, si el fin de semana, pase lo que pase tengo que ir a beber a una esquina
con amigos, y demás, y cuantos otros inconvenientes socio-familiares tengamos,
no es realmente culpa del sistema de gobierno la situación financiera o
socio-familiar, que solo nosotros hemos decidido tener. Conozco familias que
entre ambas personas los aportes son inferiores a los $3.000.000 mensuales, y
viven dignamente, incluso hasta viajes hacen. Así que no estoy de acuerdo en
exigir aumentos en los salarios si no hemos tenido una adecuada planeación de nuestras
vidas, pues no habrá entonces asignación salarial suficiente y satisfactoria
para nadie.
Leyendo
el caso de la señora que le respondió a la ministra, que ella tiene
especialización y se gana apenas $1.600.000 como docente, le respondo muy
cordialmente que es ella la que está en el lugar equivocado, pues claramente si
yo sé lo que valgo objetivamente, no acepto un cargo con ese salario, hay otros
lugares, incluso en el mismo sector educativo que por el mismo perfil pueden
pagar hasta el doble. Ojo, Colombia no es un país socialista, es un país Neoliberal,
y eso hay que saberlo interpretar y asimilarlo para tomar las acciones
pertinentes del caso. Soy de los que estoy totalmente en contra de pensar que “papá
gobierno” es el que va a solucionar mis problemas y va a cumplir mis sueños.
Crecí en una familia en donde me enseñaron a afrontar las situaciones de vida a
luchar por mis propios sueños sin esperar nada de nadie. Hago entonces las
siguientes preguntas. ¿Cuánto queremos de sueldo? ¿Un aumento del 200%? ¿Para
qué? ¿Para seguir despilfarrándolo por la falta de planeación económica y
familiar en la que estamos sumidos, esperando que siempre sea papá gobierno el
que nos resuelva los problemas?
El Gobierno si debe hacer una reforma de asignación salarial que dignifique más la
labor docente, pero solo aquel que tenga su vida “un poco más ordenada” podrá
sacarle mayor provecho a cualquier reforma que en la materia se haga.
2) CARRERA DOCENTE: Una de las cosas que más molesta
rotundamente de FECODE, una de las organizaciones que sé que está más
plagada de corrupción, incluso más allá de la que pueda haber en organismos
gubernamentales, es la negativa a ser evaluados. A ver si entiendo. Todo el
tiempo estamos evaluando a nuestros estudiantes, y poniéndoles pruebas que los
certifican que pueden avanzar a un siguiente nivel, y si no pasan esas pruebas
no se puede promover al estudiante, es decir, les exigimos que sean entre los
mejores, y que al menos pasen por un puntaje mínimo, pero cuando se pretende
tener el mismo nivel de exigencia a los docentes, eso sí es lo peor. ¿Por qué? Porque
nuestros docentes NO ESTÁN PREPARADOS PARA LA LABOR EN EL AULA. Esa es la
triste realidad, y como ellos mismos saben que NO están preparados, entonces se
niegan a ser evaluados, porque saben que corren el riesgo de perder sus
nombramientos a causas de no pasar estas pruebas.
Una
de las principales cosas que aprendí en la universidad, es que todo lo que yo
veía en el aula, a lo mejor ya mañana iba a quedar obsoleto y desactualizado, y
era MI RESPONSABILIDAD como profesional mantenerme actualizado en los
diferentes temas que garantizaran mi excelencia profesional. He tenido la oportunidad
de recorrer colegios en distintos sectores del país, tanto públicos como
privados, y me he encontrado con profesores de diferentes áreas, que si acaso
algún día se “licenciaron” nunca más en la vida volvieron a abrir un libro, o
lo que es peor, maestros que llevan 30 años enseñando con los mismos libros.
Escuelas donde aún le enseñan a los estudiantes cosas como “el átomo es la
partícula más pequeña del universo”, o “El sistema solar tiene 9 planetas”, o quien
sabe que cosas más que han sido actualizadas y recontra actualizadas y para
ellos es como si el tiempo no pasara. Y no falta ahora el que me diga que es
por falta de acceso a la información (tecnología), porque con el simple hecho
de leer periódicos, o incluso con el simple deseo real de querer informarse de
que pasa en el mundo, se logra un avance importante en el tema. Peor aún,
conozco maestros, verdaderos héroes de las aulas, que aun estando en las
veredas más remotas del país hacen el esfuerzo por realmente enseñar
adecuadamente a sus estudiantes, los demás, es mediocridad en pasta, y lo peor,
es que esa misma mediocridad, es la que le están enseñando a los mismos
estudiantes que van a repetir los mismos ciclos de vida de ellos… una vida mal
planificada, una mala formación personal y educativa, y echarles toda la culpa
al gobierno de sus tristes vidas. Pues no señores, no soy millonario, no tengo
mi vida resuelta, tengo 10mil problemas que resolver, y 100mil sueños que
cumplir, pero estoy en pie de lucha, porque soy docente por convicción, no por
necesidad, y no necesito que papá gobierno me resuelva nada.
Para
finalizar este punto, aquí sí estoy totalmente en desacuerdo con las políticas
del gobierno, relacionando el punto 1 de salarios con este punto 2 de carrera
docente, y el programa de becar a los maestros para que estudien maestrías. ¿En
que estoy en desacuerdo? En que como las políticas salariales realmente son
deficientes para la aspiraciones de cualquier profesional, pues al terminar las
maestrías, lo que vamos a tener es un abandono masivo de docentes queriendo
aspirar a cargos mejores remunerados, y eso está muy bien, pero volverá el
círculo vicioso de seguir llenando las aulas de nuestros colegios públicos de
docentes con escasa o nula preparación. Lo peor es que este efecto no es
inmediato, esto ocurrirá dentro de 5 o 6 años, y al parecer nadie lo ha
previsto y entonces si tendremos una verdadera HECATOMBE.
3) POLÍTICA EDUCATIVA: Este es el punto que realmente más me indignó del pliego de peticiones
por parte de FECODE. Llevamos cerca de 100 años copiando modelos educativos,
principalmente de los Gringos y algunos modelos Europeos, con el agravante que
cuando queremos integrar esas copias, ya en estos primeros lugares han sido
obsoletas. Pero resulta que por 100 años siempre hemos mirado a los lugares
equivocados. Como país no hemos podido crear un sistema propio de educación que
garantice la calidad de la formación de nuestros estudiantes sin importar si
son colegios públicos o privados, ricos o pobres, y mientras esa política
integral no exista, seguirá habiendo una brecha infinita entre los sectores
educativos, haciendo que el público sea cada vez más deprimente. Siendo así
entonces los 4 elementos que pide FECODE en este punto no tienen ningún
sentido, en principio porque no pueden negar que la inversión en
infraestructura es lo único bueno que se puede rescatar en los últimos 15 años
de la educación en Colombia. Lamentablemente no es posible aspirar a que la
educación mejore solo por tener mejores infraestructura, si la materia prima,
el principal usuario de la misma, no está adecuadamente preparado.
Es
cierto que aún falta mejorar muchas escuelas, y dotarlas, pero negar que no se
ha avanzado en esta área, es realmente como dice el dicho “mear fuera del
tiesto”… Hace unos años, cuando se dio la construcción de un megacolegio en
Montería, irónicamente los maestros estaban en contra de la construcción de
este proyecto, porque ahora tendrían que desplazarse más lejos a su lugar de
trabajo… se los dejo a su criterio que juzguen esa situación, pero ya se
imaginarán que pienso yo al respecto.
4) SALUD DIGNA: La salud en Colombia, sea cual sea el sistema al que pertenezcamos,
inclusive las famosas prepagadas, es una verdadera porquería. No hay otro
calificativo para esto, y es tal vez es el único punto en el que apoyo que se
proteste, pero no para que como docentes tengamos privilegios sobre los demás mortales,
que también se merecen un acceso a la salud. En este caso no justifico que los
maestros interrumpan las clases de más de 9 millones de niños solo por exigir
un trato diferente en el tema de salud, cuando justamente la labor docente nos
debe llevar a todos a construir un mejor país, y el sistema de salud tiene que
cambiar por completo, y debería partir desde la iniciativa académica una
protesta pero que abarque a todos los sectores, y no que beneficie a unos
cuantos, porque esa es la realidad, los docentes en últimas, terminan siendo
apenas unos cuantos, en relación a los $47.000.000 de habitantes que tiene Colombia y que todos padecen de un pésimo sistema de salud.
5) BIENESTAR:
Como ya es sabido de mi abierto descontento hacia FECODE como organización, no
me voy a referir a este punto, simplemente por considerarlo absurdo e
inequitativo que se pidan esos privilegios para ellos en vez de pensar en el
global de toda Colombia, y que realmente no justifica que 9.000.000 de niños
estén sin ir a las aulas por cosas que NO VAN A MEJORAR LA SITUACIÓN DEL PAÍS.
En resumen: Señores del Gobierno, la situación que
se está presentando es el resultado de un cáncer maligno que por décadas se
permitió que creciera en nuestro país, al permitirse que cualquier persona sin
realmente estar preparada llegara a las aulas de clase, y más aún, a las aulas
del sector público. Si me preguntan cuál es la solución, insisto en que:
1) Desnombrar
a absolutamente todos los docentes públicos de Colombia (Si eso me llega a
incluir a mí, de una, lo acepto).
2) Crear
un programa realmente serio y realmente
transparente que permita que quienes lleguen a las aulas de clase, sean realmente
docentes preparados para el tema, y preparados no solo con haberse licenciado.
Preparados es que sepan los temas de actualidad a nivel mundial para que
nuestros estudiantes realmente aprendan lo que deban aprender.
3) Mejorar
los niveles salariales de todos los docentes, esta es una gran falencia.
4) Seguir
invirtiendo en infraestructura y dotación escolar.
Aquellos que realmente nos hemos preparado para ser
docentes por Vocación y no por Necesidad, no tendremos mayor problema en volver
a ser nombrados. Sé que hay muchos héroes de las aulas en el sector público que
sin problemas también podrían lograrlo, pero limpiamos el sector educativo de
tanta lacra que hoy se dicen llamar “maestros”.
PD: Como no me gusta dejar nada por obvio, indudablemente esta entrada va dirigida a decir #YONoApoyoElParoDocente
JORGE ARANGO CASTAÑO
PSICÓLOGO