Si bien el principal propósito de la creación de
este blog era poder compartir opiniones y reflexiones académicas sobre todo
relacionadas con la psicología del Ser, siempre supe, desde la escogencia del
título del mismo, (SUJETO, PENSAMIENTO Y SOCIEDAD), me permitiría darme unas
licencias para de vez en cuando emitir una nueva entrada, como un 'bonus track' sobre
cualquier tema que me inspirara lo suficiente para tal fin, y he aquí el
primero de ellos. Definitivamente con motivo a los diálogos de paz de La Habana, los cuales apoyo totalmente que se den, pero sin tener que tragarme
ningún sapo.
Hace algunos años me recomendaron un libro, que a
mi juicio me parece excelente, y mi esposa asegura que lo pongo en práctica
todo el tiempo que se llama “Si… ¿De acuerdo? Como negociar sin ceder” Hoy
estoy más convencido que nunca que los miembros de la delegación de Las FARC
leyeron ese libro, y los negociadores por parte del gobierno, ni por enterado
si quiera de su existencia. Hoy, como colombiano que anhela vivir en un país,
al menos sin guerrilla, o sin conflicto armado, me siento en la obligación de
intentar por estas líneas, y los medios virtuales, darle una 'ayudita' al
Gobierno, y decirles de la existencia de este excelente libro.
Es importante dejar claro desde un comienzo que
para nada soy cercano a las políticas y pensamientos del expresidente y ahora
senador Álvaro Uribe, insisto una vez más que apoyo totalmente que se estén
dando los diálogos en La Habana, incluso apoyo totalmente que se den dichos
diálogos en medio del conflicto armado y sin cese bilateral, pues quienes tiene
que dejar las armas es la guerrilla, no las fuerzas legítimas del gobierno.
Sin embargo debo decir que ya estoy cansado de ver
en los diferentes medios de comunicación la frase del presidente santos de “Para
alcanzar la paz, tenemos que tragarnos algunos sapos”. Presidente Juan ManuelSantos, yo que voté por usted a su reelección convencido que los diálogos es el
mejor camino, me permito con respeto decirle que no, que no tenemos que
tragarnos ningunos sapos para alcanzar la paz, o por lo menos, no los sapos
descarados, que nos quieren hacer valer.
Me permito hacer una analogía, incluso gráfica, y
de acuerdo al libro que les recomiendo leer, sobre que sapos si debemos
tragarnos, y cuales definitivamente serían peligrosos seguir permitiéndolos.
Presidente Juan Manuel Santos y miembros del equipo
negociador del gobierno. Si definitivamente hay sapos que tenemos que
tragarnos, pues que estos sean basados en una exquisita receta culinaria y para
ello un delicioso (y valga decir que me encanta) plato de Ancas de Rana.
Que Alias Romaña y Timochenko viajen o no viajen
regularmente a La Habana a negociar, con o sin autorización del gobierno, a mi
como Colombiano del común (pero puedo incluir a cientos con los que he
conversado del tema), no nos afecta. Este bien puede ser una de esas exquisitas
ancas del plato.
Que los miembros negociadores de Las FARC se tomen
fotos en yates por el caribe, también hace parte de otra exquisita anca del
plato, y así podría mencionar 5 o 6 situaciones más, que realmente son inverosímiles
para el trasfondo de los procesos de paz que se están llevando a cabo.
Pero ¿a que lleva toda esta analogía culinaria?
Pues muy sencillo, la principal característica, en este caso, de un buen plato
de Ancas de Rana, no es la cantidad de batracios que haya en el plato, sino que
absolutamente todos, están muertos, bien fritos y con un excelente sabor. Es
decir, realmente estos no hacen ningún daño, ni al proceso de paz, ni al país,
ni a colombianos del común como yo. Solamente afecta a aquellos enemigos a toda
costa del proceso. Sin embargo como para ellos no habrá nada que los satisfaga,
más que la terminación del proceso, pues, quedan eliminados de esta analogía
por si solos.
Recalcando una vez más que si apoyo el proceso de
paz, porque creo que jamás habíamos estado más cerca de lograrlo en 50 años, si
debo decir, que como colombiano del común que soy, me indigna muchísimo artículos
como el que sacó El Heraldo de Barranquilla el día de hoy, justamente titulado “Los cinco “sapos” que hay que tragarse con las FARC” y que valga decir, no hago
esta entrada solo porque un solo medio lo haya dicho. Parte de mi labor diaria,
y como buen paisa madrugador que soy, es la de leer, no menos de cuatro medios periodísticos
al día, a veces más, todos ellos de diferentes corrientes socio-políticas,
justamente para poder hacerme una posición neutral de las diferentes cosas que
pasan en el país.
Lo peligroso de estos tipos de sapos que usted,
Presiente Juan Manuel Santos, y su equipo de negociación en La Habana nos
quiere hacer tragar, y que al parecer usted también está dispuesto a hacerlo,
es que, a diferencia del plato gourment descrito anteriormente, estos sapos
están todos 'vivitos y coleando', y tal cual como se describe en la gráfica aquí
usada, definitivamente van a terminar asfixiando a nuestra amada Colombia, y
temo, que tarde o temprano estos sapos, para nada inofensivos, terminen por
hacer minar el proceso de paz, al menos de la buena opinión que tenemos aún
muchos Colombianos sobre el proceso, que al final, se supone, somos los que
refrendaremos dicho acuerdo.
Debo decir que a la larga a mí no me preocupa en
absoluto, que un Timochenko, o un Ivan Marquez, o cualquiera de ellos, en un
futuro, corto, mediano o largo, sean candidatos a cargos públicos, y que
incluso lleguen a ganar. Parte de este proceso implica que realmente tenemos
que aprender a perdonarlos, no importa el daño que hayan hecho, y obviamente
con las garantías suficientes de que no se volverá a repetir. Bien tenemos el
ejemplo de Antonio Navarro, y Gustavo Petro, que no solo han sido reiterativos
candidatos, sino que han logrado vencer en las urnas, y también resaltable el
regreso a la escena política de Aida Avella (aunque valga aclarar que jamás he
votado por ellos, “ni lo volvería a hacer”), en donde los dos primeros fueron
militantes de grupos guerrilleros amnistiados, y la segunda como afín a un
brazo político de las guerrillas, creado en los 80, como un intento de dejar las
armas y pasar al escena pública.
Sin embargo, para que realmente los colombianos
(esos del común como yo, y miles más que me rodean) podamos lograr ese perdón
que tanto se promulga que debemos tener para el proceso, no podemos seguir
aceptando que Las FARC sigan diciendo que son víctimas y no victimarios, que no
secuestran, que no reclutan niños, que no son narcotraficantes y que no atenta
contra la población civil, entonces, en 50 años de una guerra fratricida, ¿no
tenemos nada que perdonarles a ellos y por el contrario les salimos debiendo? Estoy de acuerdo de que el estado también ha
tenido mucha responsabilidad en la guerra, sin duda este también debe pedir
perdón y nosotros los colombianos también debemos perdonarlo, pero vemos es una
actitud pasiva por parte de los negociadores del gobierno. La paz es
importante, pero ¿si vale la pena lograrla a cualquier costo simplemente por
lograrla? Presidente Juan Manuel Santos, de corazón, de colombiano a colombiano
que quiere la paz, y que apoya los diálogos en La Habana, léase el libro que le
recomiendo y haga que sus negociadores, lo lean y lo practiquen, estoy seguro
que será una gran herramienta para que se cumplan los objetivos deseados, y es,
que en Colombia, por fin tengamos PAZ.
JORGE ARANGO CASTAÑO
Psicólogo.@jarangoc85
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