Era la última oportunidad que la vida le había dado, ya su esposa lo había dejado y apartado de sus hijos hace unos años; hace 4 meses había perdido su trabajo y ayer lo sacaron de la habitación en la que vivía y hoy no sabía ni qué iba a comer, ni mucho menos donde dormir. A sus 47 años, había decidido que así no quería vivir y se dirigió rumbo al edificio más alto de la ciudad. Era la última decisión que tomaría conscientemente. Para escabullirse en el edificio, robó un periódico de un puesto de revistas de una esquina e ingresó simulando que leía alguna noticia tapándose la cara y los guardias pensaran que era algún trabajador de alguna de las múltiples oficinas de ese lugar. Fue muy sencillo, pensó. Al llegar al piso 47, forzó la puerta de la azotea y se dirigió al destino final. Antes de dar el último paso vació sus bolsillos, pensó en dejar sus pocas pertenecías envueltas en ese periódico que había tomado. Revisó por última vez su documento de identidad, licencia de conducción y las tarjetas débito de algún banco cuya cuenta estaba en ceros hace varios años. Revisó unos papeles que creían que eran basura y al mirar el cuarto papel sonrió nostálgicamente por haber creído que su vida podía cambiar por ganarse la lotería. Había comprado el boleto hace 3 días y ni se había tomado la molestia de ver el resultado. Abrió el periódico y empezó a poner uno a uno los documentos de su billetera cuando de repente, sus ojos se abrieron de par en par cuando a mitad de página reconoció los 6 números ganadores de la lotería y que coincidían con los mismos que melancólicamente había visto hace un par de minutos. Buscó rápidamente el papel y su corazón latía a mil por hora a comprobar que ahora era le ganador del premio mayor de la lotería de la ciudad. Por unos segundos se alcanzó a imaginar todos sus problemas solucionados y recuperando a su esposa e hijos. Sin embargo, con la inmensa felicidad que tenía y el corazón a mil por hora, no se fijó donde pisó y al perder el equilibro su cuerpo cayó al vacío por los 47 pisos de aquel edificio y el papel del premio mayor de la lotería voló con el viento hacia algún lugar desconocido.
JORGE ARANGO CASTAÑO
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May 23 de 2019
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