Los que sabían la verdad de su secreto le seducían el oído para que sacara el mayor provecho económico posible. Él que sabía un poco más de la realidad del asunto se negaba y por le contrario, cada vez quería hacerlo menos. A los 15 años tuvo un terrible accidente que casi acaba con su corta vida. 19 años después se pregunta si tal vez no fue mejor haber muerto en ese entonces y no poco a poco como lo estaba haciendo ahora. Luego de aquel accidente de adolescencia descubrió que al tocar a alguna persona y si esta padecía de algún dolor o enfermedad, quedaba curada. Su fama no tardó en crecer al punto que tuvo que cambiar de ciudad de improvisto y cambiar de identidad. Desde entonces muy ocasionalmente tocaba a alguien, impidiendo que hubiera podido tener esposa e hijos, y vivía más que todo aislado con muy pocos amigos y familiares. Pero ¿por qué se rehusaba a usar semejante poder que cualquiera mataría por tenerlo? Cuando estaba inconsciente por el accidente que tuvo una presencia que nunca supo con certeza quien o que era le dijo le preguntó si quería regresar a la vida o seguir su camino por el universo. Creo que cualquiera hubiera escogido lo mismo, volver a la vida, pero eso tuvo un precio gigante. Por cada vez que tocara a un ser vivo y este se sanara, un cáncer en le cerebro se desarrollaría a da vez más y este sería incurable. El tuvo que escoger sin saber las reales consecuencias, que volver a la vida siempre implica un gran sacrificio. En este caso condenado a sanar a cualquiera que lo necesitara a costa de un pedazo de su propia vida o vivir hasta la vejez sin tener contacto con ningún otro ser humano.
JORGE ARANGO CASTAÑO
Todos los derechos reservados
Nov 7 de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario