Era domingo 6 de mayo de 2018. Su reloj biológico no distinguía que era fin de semana y se levantó a las 5:30am, como cualquier otro día, solo que sabía que no iría a trabajar y se dedicaría más bien a su domingo de no hacer nada, o de mucho ocio. A las 6:00am ya estaba totalmente levantado de la cama, pensando en qué desayunar y planear el resto del día, cuando recordó que debía de hacer lo mismo que hacía todos los jueves y domingos al levantarse, revisar el resultado del baloto del día anterior. Buscó su celular, y empezó a encontrar en mensajes, cadenas de whatsapp y redes sociales, que el premio mayor del Baloto había caído en su ciudad. Sintió miedo, ansiedad, alegría, frustración. No se atrevía a buscar los número ganadores porque era la primera vez, en los 10 años que llevaba comprando el Baloto, que este caía en la misma ciudad donde vivía, y saberse posible ganador, o como siempre perdedor pero que el ganador estuviera en su misma ciudad, sería algo que no sabría si podría aceptar. Dedicó varios minutos a los mensajes de las redes sociales. Sus contactos bromeando sobre que no fueron ganadores, y otros lo que harían si lo fueran. Cerca de las 9:00am no pudo resistirse más, tenía que saber si por fin había ganado, o se frustraría por estar la misma ciudad del ganador. Se fue a su cuenta de twitter, buscó el usuario del Baloto donde ya estaban los resultados desde las 11:00pm del día anterior. Cerró los ojos, rezó lo que no había rezado en toda su vida. Abrió los ojos y revisó primero los números que tenía su papel jugado, los memorizó, y procedió entonces a comparar con los números ganadores y...
Una vez más, como muchos miércoles y sábados, no había atinado a ninguno de los 6 ganadores, y algún vecino suyo, era u nuevo multimillonario.
JORGE ARANGO CASTAÑO
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Feb 20 de 2019
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