viernes, 22 de marzo de 2024

33 INSTINTO MATERNO

Llevaba años programando esas vacaciones específicamente. Había tenido la oportunidad de viajar por casi todos los países del  cono Sur, y este sería la primera vez en visitar el gran país del norte. Sentía que era el viaje más especial que realizaría. Sin embargo y por primera vez en todos los viajes que hacía, su mamá no la apoyaba. No quería que hiciera ese viaje pero no sabía explicarle exactamente porqué. El día finalmente llegó, su madre se despidió de su hija a regañadientes y no le quedó más opción que dejarla ir. Cuando estuvo a punto de abrir la puerta de la casa, su madre la haló hacia ella, le dio un fuerte abrazo final y la bendición para que nada malo le fuera a pasar. Ella finalmente salió de su casa, se subió la taxi que la esperaba y se dirigió al aeropuerto, un recorrido de más o menos dos horas por la distancia y el tráfico, aprovechó el tiempo para revisar los lugares que visitaría en la gran manzana. Su idilio era tal, que este bien podría ser el viaje más importante en sus 27 años de vida. Al llegar  aeropuerto, concretamente al caunter de chequeo, algo no estaba bien. Su pasaporte con la visa de viaje no estaban por ningún lado. Revisó cada rincón de todas sus pertenencias y no estaba. Llamó a la compañía de taxi y perdió casi 40 minutos en contactar al taxista quien tampoco tenía el documento. Su madre le aseguró que en casa tampoco estaba, así que el desespero de la viajera era máximo, sin ese documento no habría posibilidad de que la dejaran embarcar, quedaba poco tiempo y no valió en absoluto que ella mostrara copias digitales. Obvio se requería si o si el original. Ocurrió lo inevitable. El vuelo que la llevaría a la ciudad de Boston había despegado, y con ello perdería la conexión que de allí saldría hacia la capital del mundo. Su sueño estaba echo añicos y lloraba inconsolablemente. Se se quedó 3 largas horas en el aeropuerto mirando a la nada. Justo el tiempo que Demoraba el vuelo hacia su primer destino. Con desgano y absoluta tristeza se dirigió a su casa, dos horas más de recorrido y cayó en cuenta que ese era el tiempo que estuviera empleando para volar hacia su destino final y lloró con más fuerza en ese camino. Cuando estaba a pocas cuadras de llegar a su casa, notó que en las calles había un gran alboroto y las emisoras radiales suspendieron las transmisiones para hablar de una sola cosa: El vuelo 11 de American Airlines que salió de Boston rumbo  New York acaba de chocar sin ninguna explicación contra una de las torres gemelas. Cuando llegó a su casa, el shock en el que ella se encontraba era indescriptible. Su madre le abrió la puerta y con lágrimas de felicidad en los ojos le dio el abrazo más fuerte que jamás se hubieran dado en la vida y le susurró al oído - Perdóname - y acto seguido le mostró su pasaporte. Cuando se despidieron unas horas atrás, y su madre la hizo devolver para darle otro abrazo y la bendición, aprovechó para sustraerle el pasaporte sin que se diera cuenta. Ahora era mejor pedirle perdón, que estar lamentando una tragedia familiar. 

 

JORGE ARANGO CASTAÑO 

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Sep 11 de 2019

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