Acababa de cumplir 21 años hace 2 días y lo había celebrado a lo grande con sus amigos y familiares pues adicional a su natalicio, celebró su graduación de auxiliar en secretaria de gerencia. Fue lo máximo a lo que pudo aspirar a estudiar por su propios medios ya que sus padres no pudieron ayudarla con el esto. Aún así se graduó con honores y sus compañeros y profesores sabían que podría llegar lejos en la vida. A sus 21 años sólo se había dedicado a prepararse ella como persona por lo que en su vida no cabía exceso de nada. Disfrutaba de las cosas comunes de cualquier joven pero sabía que su prioridad era ella misma. Además de inteligente para el estudio, era físicamente muy hermosa y ella lo sabía. Hasta ese entonces sólo había tenido dos noviazgos a los que no le había dado mayor importancia y conservaba intacta su virginidad. Esto último más que por motivos morales o religiosos, era simplemente porque no quería distraerse de sus metas, así que cuando hubo la intención de sus novios y no la entendieron, simplemente la relación terminó. Ni siquiera sucumbió ante propuestas indecentes e intentos de chantajes que le hicieron profesores y directivos de donde estudió. Supo siempre sortear la situación y demostrar que realmente era la mejor de su clase y no necesitaba de más. Dos días después de su gran doble celebración, la contactó una de sus profesoras, justo de quien ella sentía que era el modelo a seguir. Cerca de sus 44 años, había viajado por todo el mundo y habiendo alcanzado una jugosa jubilación por 25 años de servicio ininterrumpido para un importe empresario de la ciudad, se dedicaba ahora cómodamente a la docencia y disfrutar la vida, incluso a sus 44 años, seguía siendo una mujer hermosa físicamente hablando. La conversación entre ellas duró muy poco. La maestra modelo le dijo a su estudiante estrella que su antiguo jefe por 25 años, un exitoso empresario de 55 años necesitaba una nueva secretaría y quería recomendarle a su mejor estudiante. La joven no cabía en el idilio que vivía en ese momento al escuchar esas palabras y con entusiasmo y nerviosismo anotó las referencias para la entrevista de trabajo dentro de 4 días. Todo parecía de ensueño, 4 días en donde prácticamente no durmió. Al llegar el tan anhelado encuentro la joven quedó impactada con la imponencia que emanaba quien podría ser su futuro jefe. Luego de las respectivas presentaciones lo primero que él le indicó es que si su profesora la recomendaba él confiaría ciegamente en ello. Cuando le contó el salario y las prestaciones que tendría por trabajar con él, ella sintió que se ganó la lotería. Ni en sus remotos sueños se habría imaginado un salario de 8 cifras con lo estudios que había realizado. Además que los viajes que realicen serían totalmente pagos por la compañía. Procedió a explicarle en detalle las labores a realizar como su secretaria personal, como llevar la agenda, contestar las llamadas, atender clientes y como diez funciones propias del trabajo y... El mundo se le vino encima cuando él con toda naturalidad como si se tratara de cualquier otra actividad de oficina le dijo que debía ser su amante cuando así lo quisiese y en el momento en que lo quisiese. Su veloz mente comenzó a dar muchas vueltas y se sintió mareada. ¿Entonces ese eres el secreto del éxito de su admirada profesora? ¿Ella habría pasado por todo eso durante 25 años y ahora quiere que sea su sucesora sabiendo ese detalle? Sentía que la respiración le faltaba y su interlocutor, como todo buen hombre de negocios, cuyo tiempo es oro y sagrado, necesitaba una pronta e inmediata respuesta. Le dijo que tenía exactamente 10 minutos para salir de la oficina y pensarlo. Si regresa firmaría inmediatamente contrato que estaba puesto del escritorio con todo listo. Si pasaban 10 minutos y no se abría la puerta él entendería que la decisión sería 'que no' y continuaría con su jornada laboral yéndose por su asesor privado. ¿Qué ocurrirá 10 minutos después?
JORGE ARANGO CASTAÑO
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Sep 5 de 2019
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