Se sentía totalmente seguro que no se vería afectado. Sabía que la epidemia crecía rápidamente por la ciudad pero las entidades sanitarias habían sido muy claros que aquellos que no tuvieran vicios de Licor o cigarrillo eran casi inmunes. Esto afectaba Únicamente a los consumidores habituales y crónicos y él nunca bebía ni fumaba. Hasta ahora, ninguno de los afectados se había curado y los más antiguos sumaban ya casi tres años de estar en ese sueño profundo del cual no había forma alguna de despertarse. Los médicos habían logrado determinar que entraban en un sueño profundo y provocando liberación infinita de ondas PGO, haciendo que sea imposible que las personas hasta ahora puedan despertar. También se ha demostrado que sueñan siempre lo mismo de forma infinita. Ya se habla de una crisis sanitaria en la ciudad, debido a la cantidad de afectados sin aún conocerse cura alguna, habiendo provado cosas extremas que lo único que ha producido es la muerte definitiva de aquellos con los que esperimentaron. Sin embargo, él se sentía tranquilo. Se levantaba, iba a trabajar, volvía a casa, se acostaba a dormir y así, sucesivamente, todos los días 7 días de la semana durante los últimos 24 meses de su vida, sin ninguna variación de ningún tipo, sintiendose tranquilo que no se enfermaría por no fumar ni beber nunca. Así pues, mientras él repetía estrictamente esa rutina pensando en su propia seguridad, sus familiares, o al menos los pocos que le quedaban, se preparaban para celebrarle el doble cumpleaños, el 34 de haber nacido y el 2do de haber caído en aquel sueño profundo de sueños infinitos, rogando porque tarde o temprano encuentren una cura que le permitan recuperar a su ser querido.
JORGE ARANGO CASTAÑO
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Oct 10 de 2019
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