Caso
de Estudio 1: El Dilema del Consultor
Contexto
El Dr. Ricardo Peña es
un psicólogo organizacional con una reputación impecable y más de quince años
de experiencia. Su firma, "Desarrollo Humano Estratégico", es
contratada por "Textiles del Caribe", una de las empresas
manufactureras más grandes y antiguas de Barranquilla. El objetivo del
contrato, valorado en una suma considerable, es realizar un exhaustivo estudio
de clima organizacional y una evaluación de competencias para "optimizar
la estructura de la empresa de cara a los nuevos desafíos del mercado
global".
El CEO de Textiles del
Caribe es Don Roberto Villa, un carismático líder empresarial y, además, un
viejo amigo de la familia del Dr. Peña. Fue Roberto quien contactó directamente
a Ricardo, en una cena informal, mencionándole su "profunda preocupación
por el futuro de la empresa" y su deseo de "contar con el mejor
talento para liderar la transformación". Le aseguró a Ricardo que su rol
sería fundamental para identificar y potenciar a los líderes del mañana dentro
de la compañía.
Ricardo, entusiasmado
por la escala del proyecto y la confianza depositada en él, acepta el reto.
Diseña una metodología robusta que incluye encuestas anónimas, entrevistas
semiestructuradas individuales y grupales, y la aplicación de pruebas
psicotécnicas para evaluar competencias como liderazgo, adaptabilidad al cambio
y resolución de problemas. En la comunicación oficial a los empleados, se
enmarca el proyecto como una "iniciativa para el desarrollo profesional y
la mejora del ambiente laboral", asegurando la total confidencialidad de
la información individual. El consentimiento informado que firman los empleados
reitera este propósito.
Desarrollo
del Conflicto
Las primeras semanas del
proyecto transcurren con normalidad. Ricardo y su equipo recopilan datos y
perciben un ambiente tenso. Muchos empleados, especialmente los de mayor
antigüedad, expresan un profundo escepticismo y miedo a posibles despidos
masivos, citando rumores sobre una "modernización" que implicaría una
reducción drástica de personal. Ricardo, fiel a su rol, reporta esta ansiedad
en sus informes preliminares a la gerencia, sugiriendo estrategias de
comunicación para mitigar la incertidumbre.
El punto de inflexión
ocurre durante una reunión de seguimiento con Roberto. Tras revisar los
avances, el CEO le pide a Ricardo que se quede un momento a solas. Con un tono
confidencial, Roberto le dice: "Ricardo, necesito que seas mi aliado en
esto. La verdad es que la empresa no sobrevivirá si no hacemos un recorte
significativo. Tenemos gente que lleva aquí treinta años, ganando salarios
altísimos y que son completamente reacios a cualquier cambio. Son un ancla.
Necesito que tu informe me dé la base 'científica' para justificar su
salida".
Roberto le señala una
lista de aproximadamente 40 empleados, entre los cuales se encuentra Hernán
Giraldo, el líder del sindicato, un hombre conocido por su postura crítica y
combativa frente a la administración. "Tu evaluación", continúa Roberto,
"debe concluir que este grupo presenta baja adaptabilidad, resistencia
psicológica al cambio y competencias obsoletas. Necesito que sus perfiles
psicotécnicos reflejen esto. Es por el bien mayor de la empresa, para salvar
los otros quinientos empleos. Además, si esto sale bien, tu firma tendrá un
contrato de consultoría con nosotros por los próximos cinco años".
Ricardo se queda helado.
El propósito real del estudio no era el desarrollo, sino la justificación de
despidos. El consentimiento informado que había garantizado era, en esencia,
una mentira. La confidencialidad prometida se usaría como un arma contra los
empleados. Su amistad con Roberto, el millonario contrato y la promesa de
estabilidad futura chocan frontalmente con los cimientos de su profesión.
Ricardo intenta
argumentar desde una perspectiva ética, mencionando que los instrumentos no
pueden usarse para ese fin y que los resultados deben ser objetivos. Roberto lo
interrumpe: "Ricardo, la ética es para los libros. En el mundo real, a
veces hay que tomar decisiones difíciles. Estoy usando una herramienta, la
psicología, para un fin empresarial legítimo: la supervivencia de mi compañía.
Te estoy pidiendo que, como profesional, me ayudes a interpretar los datos de
una manera que apoye la estrategia. No te pido que inventes nada, solo que
enfatices lo negativo y lo redactes de forma contundente".
El Dr. Peña se encuentra
en una encrucijada. Si se niega, no solo perderá el contrato más grande de su
carrera, sino que también romperá una relación personal importante y podría
ganarse una reputación de ser "poco colaborador" en el cerrado círculo
empresarial de la ciudad. Si accede, estaría violando directamente el código
ético que ha jurado defender, utilizando su conocimiento para perjudicar a
personas que confiaron en él. Estaría, como dice la frase que una vez escuchó,
usando la ética como un "conejillo de indias" para los ideales de
otro.
En los días siguientes,
la presión aumenta. El departamento de recursos humanos, siguiendo
instrucciones de Roberto, le solicita a Ricardo los perfiles individuales de
los empleados de la lista, argumentando que es para "diseñar planes de
retiro anticipado". Ricardo sabe que es un eufemismo. Mientras tanto,
Hernán Giraldo, el líder sindical, le pide una reunión, expresándole su
preocupación y preguntándole directamente si el estudio es una "cacería de
brujas".
Ricardo debe decidir qué
informe entregar. Un informe objetivo que refleje la realidad del clima laboral
(incluyendo las fallas de la gerencia que generan resistencia) pero que
enfurecerá a su cliente y amigo; un informe manipulado que cumpla con las expectativas
del CEO, asegurando su futuro financiero pero traicionando su ética; o una
tercera vía que aún no logra vislumbrar. La decisión que tome definirá no solo
el futuro de 40 familias, sino también el de su propia identidad como
psicólogo.
Recuerde: "El hombre será libre de verdad, cuando la ética y la moral, dejen de ser conejillos de indias, de aquellos sujetos, que con tal d de alcanzar sus ideales, la usan para manipular a las demás personas" JAC
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