Cuando se me ocurrió la idea de escribir un blog,
en principio tenía la intención de desarrollar una serie de líneas temáticas,
las cuales casi que estaban definidas, permitiéndome incluso escribir por
adelantado dos y tres entradas, sin embargo los acontecimientos de la semana
anterior en relación a mi salud y el cambio de opinión (para despistarnos a
todos) de Brittany Maynard sobre su muerte hizo que tuviera que reescribir
varias veces esa segunda entrada. Pues bien, ahora el mundo avanza tan rápido y
genera contenido informativo a una velocidad tan vertiginosa, que cuando crees
que puedes adelantar dos o tres entradas de contenido, estas ya están obsoletas
sin tan siquiera haber visto la luz pública.
Hace tan solo un par de semanas, los medios de
comunicación de todo el mundo tenían los ojos puestos en el caso de Brittany Maynard y su decisión de morir. Hace solo 8 días se produjo ese deceso, y hoy
por hoy los ojos están puesto en Camila Abuabara y su deseo de vivir. Lo
curioso de ambos casos, es que las dos chicas tuvieron que trasladarse de su
lugar habitual de residencia para poder cumplir su cometido. Brittany tuvo que trasladarse
a un estado en donde la Eutanasia si es permitida, y Camila, trasladarse a otro
país, ya que las dilataciones que estaba recibiendo por parte de su clínica, la
estaban acercando cada vez más a esa muerte a la que ella se rehúsa aceptar.



La vida es el bien más preciado que todos tenemos,
por tal, nadie tendría por qué decidir sobre este bien preciado más que el
individuo propio. Algunos afirman que si Brittany pudo realizar los viajes que
hizo, es porque no se encontraba tan mal, que debió de esperar un poco más.
¿Esperar qué?, ¿Qué los dolores fueran absurdamente insoportables y que
estuviera postrada en una cama, donde ella ya no tuviera control ni de sí misma,
condenada a una muerte dolorosa y penosa? Lo dije desde mi primera entrada,
Brittany contaba con todo mi apoyo, y es una berraca por tomar la decisión que
tomó en el momento en el que la tomó. Ojalá todos tuvieran el valor que ella
tuvo, pues es claro que no es fácil decidir morir, más cuando lo que se desea
en el fondo es vivir.
Camila, sigue aferrada a la vida, aferrada a su
deseo humano e inhumano de sobrevivir, de sanarse, y muy seguramente hasta de
llevar una vida normal, casarse, tener hijos, y ser una gran profesional. Pero
su EPS, le pone todas las trabas posibles para que esto se pueda hacer
realidad, negándole en repetidas oportunidades el tratamiento necesario para
superarlo, tratamiento que es perfectamente realizable en Colombia, con médicos
de altísima calidad, y a un costo razonablemente pagable. Pero como todo lo que
imaginamos, tienen cierto sustento en la realidad, aquel mundo macondiano
forjado en las raíces de nuestro Nobel de literatura solo pudo ser posible,
porque algo de él existe en verdad, y en el caso de Camila, ella misma tuvo que
encontrar otra institución médica fuera del país, a costos 150% mayores, y
acudir a largas tutelas, que le ayudaran a lograr su deseo de vivir, pues como
se puede evidenciar los reportes médicos de Camila, su EPS se ha empeñado en negar
el tratamiento justo y oportuno, a base de mentiras y contradicciones médicas,
lo cual ya raya en un delito, al mejor estilo macondiano.
Aprovechando el boom mediático que tuvo el caso
Brittany, el Senador Armando Benedetti lanzó por tercera vez el proyecto de ley
que pretende por fin reglamentar la Eutanasia en Colombia. Recordemos que ésta
ya fue despenalizada por concepto de las altas cortes, pero aún carece de un
reglamento especial que permita su adecuado uso. Personalmente, cómo sujeto
pensante que soy, y cómo psicólogo, este proyecto cuenta con el 100% de mi
apoyo. Pero hoy quiero expresarle al Senador Benedetti que debemos priorizar,
que el proyecto de ley de Eutanasia es importante hacerlo, pero hay personas
con deseos de vivir, y mejor aún, con oportunidad real de vivir, y es el sistema
el que está acabando con estas posibilidades. Revise el caso de Camila, haga
los debates de control político que tenga que hacer, promueva las leyes que
tenga que promover, pero sepa ud que ‘Camilas’ en nuestro país existen muchas,
debido a un pésimo servicio de atención en salud. Yo mismo fui víctima del
sistema hace apenas una semana.

Brittany, ya no está con nosotros, pero se ha
convertido en un símbolo de los que luchan por una muerte sana y digna. Ojalá
que Camila, también se convierta en un símbolo de esperanza y vida. Pues al
mejor estilo del Yin yang, este par de chicas serían el complemento perfecto de
esta sabia tradición oriental. En cambio sí Camila llega a perder la batalla,
no será ningún símbolo, será otra persona más que muere en este país por
negligencias de terceros, y quedarán eternamente impunes, y ella sin poder
cumplir sus sueños.
Larga vida para Camila, y un feliz descanso eterno
para Brittany.
JORGE ARANGO CASTAÑO
Psicólogo.
Hola Jorge! Esta es sin duda una de tus mejores entradas hasta el momento. Comparto enormemente tu opinión y creo que deberíamos generar mas presion en los medios sociales con el fin de ayudar a Camila.
ResponderEliminarPor otro lado, es una lástima que tus entradas 'preescritas' se pierdan con el rapido avance de los tiempos, deberías simplemente publicarlas así no sea el día que has elegido. Cuando mayor produccion intelectual tengamos, más hay que publicar para compartir esas ideas y generar pensamiento!!!
Abrazos y felicidades por esta entrada, me encantó!
Natalia VG!
Gracias Naty, sin duda debo resaltar que eres una gran inspiradora a que por fin me haya animado a escribir.. besos.. ;)
ResponderEliminarHola Doc Jorge, excelente labor, lo felicito porque todo esto nos hace dar un alto en nuestras vidas y reflexionar un poco mas en estas situaciones de las cuales solo estamos acostumbrados a ver por los medios y convertirnos en unos simples espectadores sin ningun tipo de aporte, sus reflexiones me dejan pensando en que deberiamos todos aportar nuestro granito de arena en dar soluciones. Muy interesante Doc
ResponderEliminarAlex Vanegas
Gracias Alex. De granito en granito todos construimos sociedad. Un abrazo.
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