lunes, 10 de noviembre de 2014

La vida y la muerte, una paradoja al alcance de todos.

Cuando se me ocurrió la idea de escribir un blog, en principio tenía la intención de desarrollar una serie de líneas temáticas, las cuales casi que estaban definidas, permitiéndome incluso escribir por adelantado dos y tres entradas, sin embargo los acontecimientos de la semana anterior en relación a mi salud y el cambio de opinión (para despistarnos a todos) de Brittany Maynard sobre su muerte hizo que tuviera que reescribir varias veces esa segunda entrada. Pues bien, ahora el mundo avanza tan rápido y genera contenido informativo a una velocidad tan vertiginosa, que cuando crees que puedes adelantar dos o tres entradas de contenido, estas ya están obsoletas sin tan siquiera haber visto la luz pública.

Hace tan solo un par de semanas, los medios de comunicación de todo el mundo tenían los ojos puestos en el caso de Brittany Maynard y su decisión de morir. Hace solo 8 días se produjo ese deceso, y hoy por hoy los ojos están puesto en Camila Abuabara y su deseo de vivir. Lo curioso de ambos casos, es que las dos chicas tuvieron que trasladarse de su lugar habitual de residencia para poder cumplir su cometido. Brittany tuvo que trasladarse a un estado en donde la Eutanasia si es permitida, y Camila, trasladarse a otro país, ya que las dilataciones que estaba recibiendo por parte de su clínica, la estaban acercando cada vez más a esa muerte a la que ella se rehúsa aceptar.

Vivimos en un mundo, que en el papel los derechos humanos se leen muy bonitos pero que en la práctica encontramos miles de trabas que nos hace infeliz el corto paso que tenemos en este mundo. En el caso de Brittany altamente criticada por su decisión de querer apagar su vida evitando un gran dolor, pena y mala calidad de vida, a causa de una grave enfermedad terminal que la consumía. Mientras que el caso de Camila, una chica con muchas ganas de vivir, con un entusiasmo único, y lo único que recibe son trabas para un tratamiento eficaz, trabas que están cada día consumiendo más su vida.

Brittany finalmente ganó la batalla a poder morir dignamente, consciente y con el menor dolor posible. Tuvo la oportunidad de realizar viajes increíbles a lugares que quería visitar antes de partir, y su condición física así se lo permitió, aunque ella misma describió los fuertes dolores que sentía en las noches, producto de la sobre excitación del día. Dice su obituario que murió tranquila y rodeada de sus seres queridos. En definitiva, para mí, una muerte tremendamente envidiable, pues tuvo el control pleno y absoluto de su condición humana, uno de los pilares fundamentales que defiende la carta de los derechos humanos.

Camila, se encuentra en plena batalla, no sololegal, sino contra su propio organismo, puesto que mientras algunos ‘cuellos blanco’ se toman el atrevimiento de discutir sobre la vida de ella, su cuerpo cede cada día más a falta de una autorización para un tratamiento eficiente, que le ayude a ganar la batalla por vivir. Una gran desventaja que tiene Camila sobre Brittany, pues la primera, siempre tuvo el control absoluto de todo, para hacer realidad su propósito de morir, mientras que Camila, depende de los que otros decidan, para que ella pueda cumplir su deseo de vivir. Uno creería que esta paradoja solo sería posible en un mundo macondiano, pero no, ocurre en nuestra realidad, en nuestra sociedad, en nuestras narices.

La vida es el bien más preciado que todos tenemos, por tal, nadie tendría por qué decidir sobre este bien preciado más que el individuo propio. Algunos afirman que si Brittany pudo realizar los viajes que hizo, es porque no se encontraba tan mal, que debió de esperar un poco más. ¿Esperar qué?, ¿Qué los dolores fueran absurdamente insoportables y que estuviera postrada en una cama, donde ella ya no tuviera control ni de sí misma, condenada a una muerte dolorosa y penosa? Lo dije desde mi primera entrada, Brittany contaba con todo mi apoyo, y es una berraca por tomar la decisión que tomó en el momento en el que la tomó. Ojalá todos tuvieran el valor que ella tuvo, pues es claro que no es fácil decidir morir, más cuando lo que se desea en el fondo es vivir.

Camila, sigue aferrada a la vida, aferrada a su deseo humano e inhumano de sobrevivir, de sanarse, y muy seguramente hasta de llevar una vida normal, casarse, tener hijos, y ser una gran profesional. Pero su EPS, le pone todas las trabas posibles para que esto se pueda hacer realidad, negándole en repetidas oportunidades el tratamiento necesario para superarlo, tratamiento que es perfectamente realizable en Colombia, con médicos de altísima calidad, y a un costo razonablemente pagable. Pero como todo lo que imaginamos, tienen cierto sustento en la realidad, aquel mundo macondiano forjado en las raíces de nuestro Nobel de literatura solo pudo ser posible, porque algo de él existe en verdad, y en el caso de Camila, ella misma tuvo que encontrar otra institución médica fuera del país, a costos 150% mayores, y acudir a largas tutelas, que le ayudaran a lograr su deseo de vivir, pues como se puede evidenciar los reportes médicos de Camila, su EPS se ha empeñado en negar el tratamiento justo y oportuno, a base de mentiras y contradicciones médicas, lo cual ya raya en un delito, al mejor estilo macondiano.

Aprovechando el boom mediático que tuvo el caso Brittany, el Senador Armando Benedetti lanzó por tercera vez el proyecto de ley que pretende por fin reglamentar la Eutanasia en Colombia. Recordemos que ésta ya fue despenalizada por concepto de las altas cortes, pero aún carece de un reglamento especial que permita su adecuado uso. Personalmente, cómo sujeto pensante que soy, y cómo psicólogo, este proyecto cuenta con el 100% de mi apoyo. Pero hoy quiero expresarle al Senador Benedetti que debemos priorizar, que el proyecto de ley de Eutanasia es importante hacerlo, pero hay personas con deseos de vivir, y mejor aún, con oportunidad real de vivir, y es el sistema el que está acabando con estas posibilidades. Revise el caso de Camila, haga los debates de control político que tenga que hacer, promueva las leyes que tenga que promover, pero sepa ud que ‘Camilas’ en nuestro país existen muchas, debido a un pésimo servicio de atención en salud. Yo mismo fui víctima del sistema hace apenas una semana.

 

Brittany, ya no está con nosotros, pero se ha convertido en un símbolo de los que luchan por una muerte sana y digna. Ojalá que Camila, también se convierta en un símbolo de esperanza y vida. Pues al mejor estilo del Yin yang, este par de chicas serían el complemento perfecto de esta sabia tradición oriental. En cambio sí Camila llega a perder la batalla, no será ningún símbolo, será otra persona más que muere en este país por negligencias de terceros, y quedarán eternamente impunes, y ella sin poder cumplir sus sueños.





Larga vida para Camila, y un feliz descanso eterno para Brittany.



JORGE ARANGO CASTAÑO
Psicólogo. 
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4 comentarios:

  1. Hola Jorge! Esta es sin duda una de tus mejores entradas hasta el momento. Comparto enormemente tu opinión y creo que deberíamos generar mas presion en los medios sociales con el fin de ayudar a Camila.
    Por otro lado, es una lástima que tus entradas 'preescritas' se pierdan con el rapido avance de los tiempos, deberías simplemente publicarlas así no sea el día que has elegido. Cuando mayor produccion intelectual tengamos, más hay que publicar para compartir esas ideas y generar pensamiento!!!
    Abrazos y felicidades por esta entrada, me encantó!
    Natalia VG!

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  2. Gracias Naty, sin duda debo resaltar que eres una gran inspiradora a que por fin me haya animado a escribir.. besos.. ;)

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  3. Hola Doc Jorge, excelente labor, lo felicito porque todo esto nos hace dar un alto en nuestras vidas y reflexionar un poco mas en estas situaciones de las cuales solo estamos acostumbrados a ver por los medios y convertirnos en unos simples espectadores sin ningun tipo de aporte, sus reflexiones me dejan pensando en que deberiamos todos aportar nuestro granito de arena en dar soluciones. Muy interesante Doc
    Alex Vanegas

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    1. Gracias Alex. De granito en granito todos construimos sociedad. Un abrazo.

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