jueves, 21 de marzo de 2024

25 ANGELITO

 El 10 de septiembre de 1993, entre las 7:15am y las 12:30pm cambiaría para siempre la vida de todos los presentes en aquel lugar. La mayoría eran infantes de preescolar y primero de primaria, algunos profesores, y padres de familia. Desde esa mañana, nunca nada volvería a ser igual. Algunos padres de familia tienen la buena y sana costumbre de llevar a sus hijos al colegio todos los días. Llueve, truene o relampaguee, esta tarea es imperdible. Aquella mañana soleada no sería la excepción. Padre y madre se levantaron temprano para despertar y cambiar a sus pequeños hijos de 7 y 4 años de edad para que su padre los llevara al colegio como todos los días. Al llegar, el hijo mayor se baja primero de aquella camioneta gris e inmediatamente saluda a su mejor amigo y se ponen a jugar. Los demás niños están en la misma tónica, despidiéndose de sus familiares, saludando a sus profesores, dirigiéndose a su salones de clase, como ocurría todas las mañana de todos los días. Sin embargo, al tiempo que esto pasaba, el menor de los hermanos, fue el único que no hizo lo acostumbrado de todos los días y en vez de bajarse del vehículo, pero este aún con la puerta trasera abierta, se quiso devolver hasta donde su padre estaba, y este no lo vio, procedió a arrancar el vehículo y las leyes de la física actuaron. El frágil cuerpo del niño cayó hacia atrás, y al estar la puerta trasera abierta, terminó de rodar hacia el pavimento de la calle. El papá al sentir que algo ocurrió, detuvo el carro, y sin saberse por qué, retrocedió unos metros. Fatal decisión, porque inmediatamente se sintió el sobre salto de la llanta trasera, y el grito seco y unísono de todos los estudiantes, profesores y padres de familia que se encontraban afuera y que en cuestión de segundos, observaron impotentes lo inevitable. El pequeño fue trasladado inmediatamente a la clínica. La mañana en aquel colegio no pudo ser tranquila por más esfuerzos que hicieron los profesores para que ello ocurriera hasta que a las 12:30am llegó la noticia. Un nuevo angelito había en el cielo, o eso fue lo que nos dijeron, a los estudiantes de primer grado, quienes éramos compañeros del hermano mayor de aquel nuevo angelito. 

 JORGE ARANGO CASTAÑO 

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Jul 18 de 2019

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