jueves, 21 de marzo de 2024

26 MEMORIA

Aquel día, soleado y azul como cualquier otro, salió de su trabajo acompañada de su amiga y compañera y si dirigieron para su casa. Allí compartieron la tarde con el hijo de su amiga, quien tenía 10 años de edad. Se acercó la noche, cenaron y se acostaron a dormir. Al despertarse ella se sintió pesada, notaba que los rayos del sol entraban fuertemente por la ventana, lo cual intuyó inmediatamente que se había despertado más tarde de lo habitual. Reconoció enseguida que seguía en la casa de su amiga y divisó como ella pasó enfrente suyo a paso fugaz. Se estaba arreglando para salir. Pensó que tal vez se había también levantado tarde para ir a trabajar, que a ambas las había cogido el día. Aunque no entendía bien porqué, recordando que la noche anterior solo habían cenado, se habían acostado a dormir y no habían hecho nada diferente. Su amiga, al pasar en frente suyo, se quedó paralizada. Ambas se miraban como si fueran un par de extrañas y no las amigas y compañeras de trabajo de siempre. Quien se había acabado de levantar le preguntó a la otra ¿Para dónde vas así de arreglada y por qué no me has despertado para ir a trabajar? La amiga sin salir del shock aparente en el que estaba le dijo – voy al matrimonio de mi hijo, es en un rato – Ahora eran las dos quienes estaban en un shock indescriptible. - ¿cómo que al matrimonio de tu hijo?, ¡pero si apenas tiene 10 años! La amiga le contestó, - no, ya no tiene 10 años, ahora tiene 30, y en un rato se casa-. - ¿cómo que tiene 30 años, si anoche estaba jugando con él? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está mi mamá, mi esposo, el resto de la gente? -, la amiga, tratando de mantener la calma le dijo, - llevas 20 años 'Perdida' en algo que los médicos llamaron "Alzheimer precoz". Durante estos 20 años has despertado algunas veces pero nunca has recuperado la conciencia, solo hasta ahora. Los médicos advirtieron que eso algún momento podría pasar, pero en cualquier momento te puede volver a dar... - 

Justo en ese momento sonó la alarma del despertador, abrió los ojos y reconoció a su esposo a su lado y la casa donde vivían; era un día soleado y azul como cualquier otro,  y recordó que ese día había quedado de acompañar a su amiga de trabajo a cuidar de su hijo. Prefirió cambiar de planes... 


JORGE ARANGO CASTAÑO 

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Jul 25 de 2019

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