Cuando era niño, como de 5 años, siempre antes de dormir, entraba a su habitación, se acostaba de medio lado, y quedaba siempre a la vista de un cuadro... dicho cuadro era una payasa con cuerpo de muñeca... De repente, el cuadro empezaba a girar y a girar y girar hasta que su entorno cambiaba y entonces, ya no estaba en su habitación, sino en una verde pradera, con mucho viento y un cielo implacablemente blanco. de repente, se veía sentado en dicha pradera, mirando hacia arriba como hipnotizado, viendo en al aire flotando la figura de la payasa del cuadro riéndose a carcajadas... lo próximo que recordó era volver a entrar en su habitación, quedarse dormido de medio lado y ver como el cuadro giraba y giraba y giraba... y así noche tras noche. Con el cambio de domicilio no se supo que pasó con el cuadro, sólo lo volvió a ver unos 10 años después y el cuadro ahí si desapareció definitivamente (destruido) por el impacto que le causó volverlo a ver....
JORGE ARANGO CASTAÑO
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Abr 18 de 2019
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